Al padre Rayo le gusta mucho decirnos la frase "trabajate, trabajate, trabajate..." Debemos de trabajar también con nosotros mismos y aspirar a ser mejores personas, más responsables...
También, nos dijo que debemos asumir las consecuencias de nuestros actos y que madurar consiste en esto y para ello trabajarnos a nosotros mismos es fundamental.
Para que viéramos esto más claro nos puso un ejemplo claro como es el de las jarras. Cuando eres pequeño y tus padres dicen que vayas a rellenar las jarras, al principio de quejas. Más adelante, lo haces sin rechistar y, finalmente, cuando maduras, sale de ti mismo y ya nadie te lo tiene que decir.